
Patente internacional consolida proyección global
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Patente internacional consolida proyección global
Un nuevo avance en inmunoterapia contra el cáncer ha sido oficialmente presentado para su protección mediante patente internacional por investigadores de la Universidad de Chile y la empresa biotecnológica Oncobiomed.
Esta formulación terapéutica, basada en un tipo celular del sistema inmune hasta ahora no explotado con este fin, promete mejorar las respuestas inmunológicas frente a tumores agresivos como melanoma, cáncer de colon y próstata. Esta nueva tecnología se suma a las ya desarrolladas por su equipo: TAPCells y LycellVax, ambas vacunas terapéuticas para el tratamiento de distintos tipos de cáncer.
Desarrollada por el equipo del investigador Flavio Salazar, fundador de Oncobiomed y exministro de Ciencias, esta nueva tecnología representa un hito dentro de una línea de desarrollos que ya ha demostrado impacto clínico en Chile, con más de 400 pacientes tratados con formulaciones anteriores. La actual innovación podría significar una nueva generación de inmunoterapias más eficaces, adaptables y con potencial global.
“Las anteriores formulaciones se hacían a partir de monocitos o de células mononucleares que se pueden diferenciar a células dendríticas, pero existe otro subtipo de células de la sangre que se llaman células polimorfonucleares. Estas células, entre las que están los neutrófilos, son las que hemos entrenado mediante un método que las transforma en células que presentan antígenos tumorales y son capaces de activar el sistema inmune”, destaca Salazar. El resultado es una formulación mejorada que podría superar en eficacia a sus predecesoras, especialmente en cánceres agresivos.
“Nosotros hemos enfocado esta patente en cánceres de piel (melanoma), colon y próstata. Pero, probablemente, en el futuro, dependiendo de los resultados que obtengamos, podemos ampliar a otro tipo de cáncer”, dice Salazar.
Reconoce que, desde el punto de vista estratégico, es conveniente limitar un poco las enfermedades reivindicadas para garantizar una mayor posibilidad de aprobación, pero la tecnología en sí puede ser adaptada a diversos otros tipos de cáncer.
La solicitud de patente fue presentada en junio bajo el Tratado de Cooperación en Materia de Patentes (PCT), que otorga protección provisional en más de 150 países durante un año, periodo en el cual Oncobiomed definirá la estrategia de protección definitiva en mercados como Estados Unidos, China, Brasil y Europa, claves por su alta carga oncológica.
“Una vez que se presenta una patente PCT, inmediatamente queda un registro de prioridad para la tecnología en todo el mundo, durante doce meses, lo que abre la puerta a una futura protección efectiva en mercados estratégicos”, destaca.
"En este tipo de tecnologías, uno protege la invención y sus potenciales usos, no los resultados definitivos. Los resultados se tienen que ir demostrando mediante estudios preclínicos y clínicos escalonados en el futuro, pero la tecnología se protege anticipadamente, porque si no, no habría quién invirtiera en su desarrollo", dice Salazar.
Actualmente, TAPCells y LycellVax han sido probadas en 350 pacientes con melanoma y alrededor de 50 con cáncer de próstata, en estudios clínicos de fase 1 y 2 realizados en Chile. En el caso de TAPCells, la sobrevida en pacientes con melanoma metastásico aumentó de un promedio de 10-11 meses a 36 meses, con una sobrevida a cinco años en el 40% de los casos. La nueva tecnología aún no ha iniciado ensayos clínicos, pero sí ha mostrado resultados prometedores en modelos preclínicos.
El objetivo central de esta nueva patente es poder transferir nuestras tecnologías a China, dice Salazar. “Tenemos una relación científica y comercial con el Hospital Nacional de Shenyang, que es una ciudad cerca de Beijing. Durante los primeros días de agosto, vamos a ir a visitar los centros de investigación asociados a ese hospital para poder establecer los acuerdos que nos permitan iniciar estudios clínicos en China”.
La estrategia es avanzar en mercados con alta incidencia de los tipos de cáncer que tratamos, y con capacidad regulatoria y de inversión. Es así como actualmente estamos trabajando con el hospital Albert Einstein y con unas empresas brasileñas para trasladar sus tecnologías a Brasil, particularmente a Sao Paulo.
La idea es que las vacunas estén disponibles también en Chile, y por eso estamos reuniéndonos con el Instituto de Salud Pública (ISP) y hospitales como el Salvador y el Instituto Nacional del Cáncer para cumplir con normativas nacionales e internacionales y avanzar hacia ensayos clínicos multicéntricos en Chile, afirma.
Salazar destaca que las inmunoterapias, en general, han mostrado un auge durante la última década, principalmente, debido a que tienen menos efectos adversos que los tratamientos tradicionales y han tenido una tasa de respuesta interesante. “Especialmente a medida que se identifican con mayor precisión los grupos de pacientes más susceptibles a responder positivamente”, subraya.
A nivel técnico, las vacunas desarrolladas por Oncobiomed se basan en un principio común: el uso de líneas celulares tumorales tratadas en laboratorio para generar estímulos inmunogénicos. Estas son luego procesadas por células del sistema inmune del propio paciente, que aprenden a reconocer y atacar el tumor.
Las TAPCells, que se empezaron a desarrollar en 2002 y debutaron hacia 2009, se elaboran con células del propio paciente (personalizadas), mientras que LycellVax es una formulación genérica en la que comenzaron a trabajar en 2019.
Ambas tecnologías están protegidas por patentes de la Universidad de Chile, cuyos derechos de explotación comercial han sido licenciados a Oncobiomed. Gracias al apoyo de programas como CORFO Innova, nuestros equipos de I+D siguen investigando y haciendo mejoras en los métodos u optimizaciones que se materializan en nuevas invenciones”, dice el investigador de Oncobiomed y profesor de la Universidad de Chile.
Al respecto, la nueva patente representa una optimización 3.0 de este enfoque, incorporando nuevos tipos celulares que refuerzan la respuesta inmune.
Aunque los ensayos en humanos con esta nueva formulación aún no comienzan, el equipo proyecta que, si las pruebas clínicas confirman los resultados preclínicos actuales, esta formulación podría convertirse en una nueva opción terapéutica en un plazo de cinco años. “Queremos llegar a pacientes en etapas tempranas, pero como es habitual, los ensayos clínicos parten en pacientes de etapa avanzada. Si logramos mostrar eficacia ahí, podremos escalar”, dice Salazar.
Mientras la comunidad científica sigue explorando los alcances de la inmunoterapia, este nuevo desarrollo chileno aspira a posicionarse como una tecnología competitiva a nivel global, con potencial para atraer inversión, generar transferencia tecnológica y, sobre todo, mejorar las expectativas de vida de miles de pacientes.
Por Richard García, Sandoval & Meirovich.
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Proyecto Fondecyt 2025
En la Universidad de Groningen, Países Bajos
Salud